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miércoles, 16 de marzo de 2011

OTOÑAL


Óyeme
un eco gris es nuestro hogar
grietas salvajes en tu pecho
una lágrima helada es tu voz.

Luz y penumbra
llanto y herida
cal y sombra.
Cómo te siento
en un abismo de torturas
una eculubración
entre mi voz y tu aliento.

Oye, bella, las campanadas en tu vientre
un latido suave que se desliza despacio
como un copo de nieve
en silencio
al atardecer
otoñal
en mis sueños
recorriendo tus venas
con el calor amoroso mío
despacio
sigiloso
eterno.

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